En medio de ordenadores, tabletas, móviles, pizarras digitales, recursos en línea, ...el cuaderno sigue siendo el núcleo central que reúne la información relevante del área y la dispone de forma personal. Enseñar a plasmar de forma ordenada conceptos, esquemas, resúmenes, descripciones, etc, no equivale a que todo el alumnado lo haga estrictamente de la misma manera. Precisamente, el pequeño margen de creatividad a la hora de hacer todos y todas la misma actividad, de igual forma (la que señala el profesorado y/o el libro de texto), marca las diferencias; supone una reflexión a la hora de cómo disponer y distribuir la actividad, requiere trazar un plan y poner en práctica estrategias y técnicas de estudio: título con letras especiales, o espaciado respecto al texto anterior, subrayado de conceptos clave, títulos del enunciado en mayúscula, destacar apartados, listados numéricos, uso de colores, dibujos, pegado de fichas, colorear las ilustraciones...Todo contribuirá al estudio posterior, invitará a leer y a pensar, será susceptible de conocimiento.
Por ello es tan importante usar el cuaderno, tachar si hace falta, sin miedo a equivocarse, porque es la referencia inmediata del trabajo en clase y de las mañanas que pasan nuestros niños y niñas en las aulas, a veces con la última hoja llena de poesías, con rotos, el juego de los barquitos, o corazones, caballos, motos... y "conversaciones secretas" con el compañer@ de al lado. Durante todo un curso (una eternidad cuando se es adolescente) el cuaderno es un trozo de vida muy importante, de expectativas, de trabajo, de ejercicios realizados de forma impecable y de errores o actividades sin completar, de tachones o evidencias de haber imprimido demasiado énfasis con el típex, campo de pruebas de letras y firmas, de ese "volver a intentarlo" que nos seguirá el resto de la vida. Es un pequeño ensayo de cómo ir haciéndolo mejor, página a página.
Esta imagen encontrada en la red vía Pinterest puede servir de guía para empezar a organizar el cuaderno:
Por ello es tan importante usar el cuaderno, tachar si hace falta, sin miedo a equivocarse, porque es la referencia inmediata del trabajo en clase y de las mañanas que pasan nuestros niños y niñas en las aulas, a veces con la última hoja llena de poesías, con rotos, el juego de los barquitos, o corazones, caballos, motos... y "conversaciones secretas" con el compañer@ de al lado. Durante todo un curso (una eternidad cuando se es adolescente) el cuaderno es un trozo de vida muy importante, de expectativas, de trabajo, de ejercicios realizados de forma impecable y de errores o actividades sin completar, de tachones o evidencias de haber imprimido demasiado énfasis con el típex, campo de pruebas de letras y firmas, de ese "volver a intentarlo" que nos seguirá el resto de la vida. Es un pequeño ensayo de cómo ir haciéndolo mejor, página a página.
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Pero los cuadernos reales son mucho más interesantes:
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